Yo no sé vosotros, pero yo voy de un extremo a otro. Es decir, alguna vez que he estado a dieta he llegado a pesar 63 kg y me he mantenido así dos años, en ese tiempo no piqué ni una sola vez nada que pudiera denominarse como "que engorda", ni una patata frita, ni una cocacola, ni tarta en cumpleaños, vamos, nada de nada. Pero yo no sé que me pasó, que unas navidades probé un cruasán relleno de chocolate porque me estaban dado un latazo increíble... lo probé, lo relamí, lo saboreé y mi cuerpo se paró y dijo ¡¡¡pero que coño he estado haciendo yo estos años!!! ¡¡¡esto es la vida!!!. Y empecé a comerme otro, y luego otro, y así hasta terminar con una bolsa de medio kilo: y acabé en urgencias con un cólico que ya casi veía la luz al final del túnel (no mires a la luz Nita, aléjate, caca!!!)
Recuerdo un capítulo de Los Simpson, en el que Homer hacía de "sirenita" y se zampaba medio océano a ritmo caribeño. Pues similar me pasó a mí. Cuatro años después de aquello me di cuenta que pesaba casi 40 kg más que entonces. Y me miré en el espejo y casi no me reconocía. La verdad es que no sé como pudo pude abandonarme tantísimo. Es increíble.
Pero de lo que estoy segura es de que lo importante es encontrar el equilibrio. Es decir, ni ser tan estricta como yo lo fui, ni pasarse tanto como para casi autofagocitarme a mí misma.
El caso es que pensando me he dado cuenta que tengo una enfermedad o adicción. Y esa es la comida. Supongo que soy como una drogadicta que volvió a caer en su droga.
Y ahora estoy en pleno proceso de des-intoxicación.
Contoh Surat Lamaran Kerja Untuk Pt Musashi
Hace 3 años